¿Qué pensarías si te decimos que existen estudios que comprueban que ser solidarios con los demás trae beneficios para la salud? Pues sí, al parecer tiene un efecto positivo sobre la longevidad y funciona como tratamiento para las enfermedades crónicas.
Tal vez es costumbre para muchos regalar presentes en épocas decembrina a conocidos, familiares y amigos. Otros, prefieren ser voluntarios brindando apoyo con donaciones a las personas más necesitadas, la pregunta es ¿por qué las personas eligen ser altruistas solo en esta época?
La verdad es que este puede ser un hábito presente en tu vida los 365 días del año, sin fecha en especial. Las buenas acciones centradas en los demás pueden ser un complemento a los hábitos saludables más comunes como los de practicar una buena nutrición y hacer ejercicio físico.
Estudios basados en la ciencia avalaron entonces lo que los refranes populares como “más vale dar que recibir” y “haz bien sin mirar a quién” puede ser una opción posible para muchos porque no solo se debe a las grandes cantidades de dinero sino a la ayuda social que estarás brindado, ya sea por el hecho de hacerlo en conjunto a una organización sin fines de lucro o individualmente, lo importante es la voluntad de querer ayudar, que esas acciones perduren en el tipo y se haga de forma organizada en congruencia con las necesidades de las personas receptoras de la ayuda.
¿Es considerada médicamente?
Las ventajas del voluntariado han sido incluso consideradas como un método efectivo para mejorar la longevidad, la felicidad, la salud y la resiliencia de quienes lo practican según el médico Stephen Post, profesor encargado del Departamento de Bioética de Familia, Población y Medicina Preventiva en la Universidad de Stony Brooks (Nueva York), señalando que también los individuos que lo practican reducen la ansiedad, problemas de sueño, son 96% más felices (según una encuesta realizada a 4.852 voluntarios en E.E.U.U.) y viven más.
Otros resultados arrojan que un 92% dice que le ha encontrado un sentido a su vida, el 89% mejora la percepción de su bienestar y el 78% considera que les ha servido para mejorar sentimientos de pérdida y decepción.
Por lo anterior, Post plantea que la necesidad de recomendarlo como una actividad beneficiosa, tomando en cuenta los límites de convivencia y comodidad de cada persona, son importantes para hacerles frente a miles de personas que tienen episodios depresivos.
Frecuencia
Al igual que una receta para medicinas, “medir la dosis” de horas dedicadas a la actividad del voluntariado es una parte a destacar porque al principio puede que te encuentres un poco perdido al respecto. “Basta con 2 horas semanales para que impacte positivamente nuestro bienestar” declara el experto, resaltando que, si un individuo traspasa ese rango de tiempo, no necesariamente aumenta los beneficios ni se notan más los cambios. Esto quiere decir, que a pesar de que las personas prefieran dedicarse por más tiempo al voluntariado no se aumentan los niveles de salud.
El tiempo invertido va a depender de las posibilidades y espacios que tenga una persona para dedicar. Recuerda que si no estimas este punto puede que ayudara otros se convierta potencialmente en dañino y estresante para ti.
La bondad y la salud mental
El valor del voluntariado ha tomado importancia en tiempos de Covid-19 debido a la cantidad de personas que vivieron un desequilibrio en sus actividades diarias, que fueron trasladadas al mundo digital, por lo que la gente es más dependiente de los dispositivos electrónicos tanto así que su conexión con el mundo real es menos frecuente.
En consecuencia, la soledad, el mal humor, la fatiga, la amargura, los pensamientos negativos y la rabia se pueden apoderar de cualquier persona en épocas de cuarentena, efecto que el altruismo podría cambiar o liberar a través de acciones y emociones positivas.
En este sentido, el experto en relaciones humanas sostiene que por ello la importancia de las tradicionales actividades para ayudar a quien necesita en nuestro barrio o ciudad, nos recuerdan ese sentido de empatía con el prójimo y amor familiar, que nos impulsa a reconectarnos con nuestra más pura humanidad y en definitiva nos mantiene centrados en cada aspecto de nuestras vidas.